
Extraño Valdivia por su naturaleza que arraza,
rio calmo, pero irascible en la tormenta,
extraño sus museos, sus micros antiguas, con choferes
que cuando vuelvo... aún me cobran estudiante
( me conocen desde niña),
extraño ese clima variable, la playa cerca,
cuando estaba triste o simplemente cuando quería salir huyendo
tomaba una micro o un colectivo y Niebla abría sus brazos para mí,
acogiéndome en su seno, frío, tempestuoso.
Solía pasar por el sendero en que el viento se encierra y el cabello
se desarma y pareciera que cuesta respirar..
Desde que vivo en Rancagua mi utero, que , es mi hogar me acoge cada día, sin embargo esta ciudad tiene un alma más material, más de autos, más de personas que se miran, pero no se ven, y por supuesto extraño esa vitalidad.. ese Valdivia.. la música en Valdivia, las inauguraciones, etc.
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