El camino de los duelos, es el que me toco atravesar este año, no es fácil asumir que las cosas que queríamos no van a suceder, que hay personas que ya no están y nunca más van a estar. Y más que nada, creo que lo más difícil es luchar con mi mente, con esa loca amiga que me hace recordar y necesitar, recordar y extrañar… recordar hasta llorar.Y en esto de llorar se juntan muchas cosas, algunas veces llorar me hace bien para calmarme, otras veces solo logro desesperar más.
Pero llorar también tiene que ver con asumir, crecer y seguir. Y digo seguir, porque no creo que eso de tirarme en una cama a ver la vida pasar.
Creo en llorar, como un momento para respirar y seguir, siempre seguir.Y seguir, porque tengo muchas cosas por conseguir, muchas personas que me hacen bien y por la sencilla razón de querer aprender de lo que hoy me toca vivir, porque estas son las cosas que me hacen una mujer más fuerte, más segura y más digna.Y volví, porque he querido ante todo de llorar, porque quiero aprender a reir nuevamente y porque tengo ganas de que esto sea un espacio de intercambio con toda la gente que quiero .
Gracias a aquellos que me retaron, que me ayudaron a creer en mí y que me hicieron dar cuenta que los días grises no tienen porque ser para siempre.
Por darme fuerza, por intentar decirme que hay muchas cosas de las que me apego demasiado y no son tan importantes...
He llorado más que rios, más que mares.. más que los lagos.. más que lagunas y aún pareciera que no se secan estás lágrimas...
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