Cuando mi hijo enfermó el año pasado me vino una palabra a la mente.. que quizás tenía que ver con el pánico de perder a mi hijo.
Las pérdidas siempre me han hecho pensar en la muerte.. a veces pienso que cada vez que he perdido contacto con alguien siento que debo vivir un luto, porque sino me aparecen imágenes que me penan en cierta forma.
Busqué cosas referentes a este tema.. me recordé mis tiempos en que leí con mucha emoción a Carlos Castaneda con su visión chamánica del mundo y sus búsquedas internas con Don Juan el Indio Yaqui, creo que esta búsqueda culmina en las siguientes palabras :
Si deseamos dejar de una vez por todas que la vida nos viva a nosotros y en cambio vivir nosotros la vida debemos empezar por aceptar la muerte como una gran maestra que continuamente nos susurra al oído: "Carpe diem", es decir, vive la vida en el aquí y ahora, sin dejar situaciones inconclusas, pues no sabemos que llegará primero, si la muerte o el próximo día.
¿Es esta una visión pesimista de la vida, que nos sume en la angustia y el terror continuos? Muy por el contrario. Nos permite una vida plena y fluida, pues al no saber en que momento ha de llegarnos el momento último, evitamos por un lado el dejar asuntos pendientes y minimizamos nuestra personal importancia, y por otro lado, buscamos mantener una comunicación plena y sincera con quienes y con lo que nos rodea, expresando en forma continua un profundo respeto y amor por todo y todos.
Al ser conscientes de que nada es permanente, de que como dijera Lavoisier, nada se pierde sino que todo se transforma, despertamos al hecho de que nada es independiente sino que todo es inter-dependiente con todo y todos. Somos in-dividuos pero también estamos en común-unión y por consiguiente, nuestra más insignificante motivación, acción y/o palabra tiene consecuencias reales en todos los niveles del universo y en todos sus tiempos.
Ergo, hemos de vivir en el aquí y ahora, en el momento presente pues el pasado ha dejado de existir como tal y ahora es parte del presente, y el futuro es algo incierto aunque fecundo y lleno de posibilidades, pero cuya plenitud depende del momento actual; el futuro nace junto con el momento presente y muere con él.
Y así hemos de aprender a ser lo que don Juan llamaba un "hombre de conocimiento", un guerrero espiritual que vive su vida desde y con "impecabilidad".
En todo caso igual tengo el temor permanente de perder a mi hijo y eso a creado temores en él inconcientes creo yo, pues no acepta mi lejanía...
El 1º de agosto debo llevarlo a Santiago porque su enfermedad lo hace imprescindible, ya que aqui en Rancagua especialistas en el area existen pero siempre queremos más perfección o quizás algo que nos de la confianza que te acercarás más a la vida.
La fe en Dios a veces me da temor también pues me da la impresión que en el afán de EL de que aprendamos nos da donde más duele................
No comments:
Post a Comment