Sunday, December 30, 2007

Cuentos antiguos de vacaciones en Santiago

Alameda

Atravesar la alameda siempre ha sido una tortura, sobretodo si en algún momento de la vida te has caído en el momento de cruzarla.
Una torcedura alentó a un par de amigos que iban a mi lado a levantarme, pero mi sobrepeso y el dolor del pie lo impedían, fue un segundo eterno. Los micros aceleraban y de pronto el instinto de supervivencia me levantó e hizo correr con un pie hasta la vereda, con las manos temblorosas y los amigos envueltos en risa.


Bellavista

Andrea me invitó a Bellavista a carretear .
Al llegar un jocoso jóven nos acosaba con preguntas sobre nuestro parentesco, un par de groserias hacia su persona indignaron al jóven y como las dos usabamos anteojos no se le ocurrió nada mejor que quitar los míos y arrancar.
Indignada grité , y en un momento se devolvió con cara de pocos amigos, con una sonrisa grande le pedí que por favor no me agrediera y que devolviera el botín, ya que sin ellos no podía ver.
Se puso mis anteojos y al ver el aumento me los devolvió con un perdona linda.

No comments: