Friday, February 24, 2006

Totalmente femenino



¡Apurate!,gritó la mujer de los ojos grandes, su cuerpo estaba relajado y con una sonrisa me daba ánimo, vestía un pantalón negro, una chaqueta roja y una bufanda muy ancha, la cual cubría completamente su rostro.
Indudablemente estaba en un laberinto sin salida, ella sin una gota de temor me llevaba hasta mi gran agonía, una agonía dolorosa, mi miedo era interno, me daba vergüenza mostrarlo.
Tocamos a la puerta de una casa que tenía un 1954 en la parte superior de su puerta, una mujer gorda nos recibió, vestía un delantal blanco y sus uñas eran muy anchas, su cabello sólo llegaba hasta su cuello y se rizaba.
¿Cómo están ? , preguntó con una sonrisa, ¿ entrarán juntas?, Karen asintió con la cabeza y dijo con aire irónico.. así se le pasa el miedo a esta cobarde, indicándome con una mueca.
Me sonrojé, de pronto escuché un grito de una sala contigua , la mujer dijo : Siempre pasa la primera vez o cuando ha pasado un tiempo sin visitarme.
Siéntense y espérenme , las llamaré cuando todo esté listo.
Mientras esperábamos leímos algunas revistas que tenían en la sala de recepción, hasta que de pronto sentí mi nombre y el de Karen.
Un sudor recorrió mis manos, al entrar vi una camilla y la señora del delantal blanco me pidió que me sacara los pantalones y me tendiera boca abajo.
Un calor recorrió mis piernas, mientras Karen conversaba con relajo, y se fumaba un cigarrillo, de pronto un dolor profuso, un tirón, esto se repitió varias veces, mis gritos eran ahogados, profusos.
Ahora date vuelta.. dijo la señora del delantal blanco, el líquido estaba caliente y mi piel estaba dolorida, el sudor de mis manos seguía intacto ..
Estás lista dijo la mujer, Karen me miró y me dijo... estás lista para la playa.. la depilación nos dejó perfectas......

1 comment:

Cain said...

Agradezco infinitamente a Dios no tener que depilarme las piernas, no tener que hacerme rebaje ni sacarme las cejas ni los pelos de las axilas, no tener que encresparme las pestañas ni pasar 5 dias de furia al mes. No tener que darle cuentas a nadie si es que me acuesto con 1000 mujeres ni actuar como señorita. No tener que cruzar las piernas al sentarme ni preocuparme que se me arranque una pechuga ni que me griten weas en la calle, que me psicopateen o me agarren el culo. Agradezco no tener que soportar acoso en las pegas o que cualquier weon se venga a hacer el lindo solo porque ando vestido sexy, o que me punteen en la micro cuando va llena. Y finalmente, agradezco a Dios no tener que pasar por el dolor del parto.