Saturday, September 18, 2010

Ausente

La noche me visita insomne con su mirada de alerta
Con su boca de aguacero
Con la dulzura de la murta de mi bella ciudad,
La abrazo doliente con el pecho gélido
El vacío de la entraña que carcome mis vastas costas
La noche se eclipsa junto a mí con sus lunas y estrellas,
La contemplo con la sonrisa que me suspiran los labios

Me acompaña mi noche amante,
Con las manos sin huellas
Con los ojos perdidos en tantas lluvias
Me acompaña en silencio sus caricias
El consuelo que me mima inocente
Su cándido amor preñado de primaveras

Espero cada atardecer su paso acompañante
Espero sus lunas y estrellas
Su dulce susurro en el oído
Ya el cielo me inunda con sus soles
y eternamente te espero noche.

En este silencio que convoca a las venganzas
Que convoca los sueños mal paridos
Puedo levantarme y decir que la huella en la arena
Desaparece con la abundancia de la espuma marina
Desaparece con la maravilla de las aguas que limpian
Espantando las esculturas mal modeladas en el lado oscuro de la indolencia.

Soy río que fluye a través de las risas de los niños
A través de las plegarias descontroladas de los poderosos
Que sin más piedad que su lengua se lanzan contra mis pies mordiendo mis entrañas.
Ya no quiero la flagelación,
Sólo espero a través de esta infinidad de gotas que se esparcen en el papel
Escapar de las yagas, de los abismos, de los espejos quebrados.

Quiero liberarme de las cadenas que me atan
Anunciar el nuevo día de la crisálida, ser sol
Ser pasto tierno a la infinidad de vida que se nutre de mi
Ya los eclipses rehuyen mi mirada
Ya las noches y las penas llevan demasiado tiempo conmigo
El sol me invita a cruzar su senda.. y seguir la entraña de esta travesía.


Tu ausencia me abraza de la mano con tanta lagrima que cae en el cemento.. El sol no sale oh dios que penumbra, que niebla por que se hace tan distante esa luz que me acuna con sus brazos?

Soledad Parra Santander derechos reservados

La tregua

No olvides que la tregua del camino
Se torna bosque frondoso en tu mirada
No olvides que los pétalos
De mis flores sucumben ante las mariposas de tu frente
De las lagunas de tu boca,
De los amaneceres de tu mirada.
Desde tus hombros florecieron colores arco iris
De tus alas sentí los versos y los latidos que emanaste
Se incrustó tu piel en las yemas de mis dedos
En mis valles saturados de lirios.
Pude caminar libre en esa foresta tuya
Hoy ya no la tengo
Hoy me abrazo de la tregua de mis alas.
Derechos reservados

Nazco

Nazco, pletórica en verso
Con tus dedos escritos
Con tu alma detrás de las letras
El viento susurra en mi oído
No huyas, no huyas
Deja de correr..
Deja de escapar de lo que sientes
Mi orgullo se eclipsa por el viento
Aunque alerta me recuerda..
No te entregues, no te entregues..
No ofrezcas el corazón…
No ames sin conocer
Con la fe del amante, cándida.
El amor me avisa con su gesto
Que encontré la llama
Allá está
Entre tus cabellos
Entre tus labios
En tu torso
En el respirar tuyo
En la forma de celebrar las palabras en tu aliento

El viento

Viento: has acallado mis dudas,
Agradezco la compañía,
Tu amor me envuelve y aúlla
El dulce susurro, acompaña las hojas
Acompaña estas sendas
Acompaña este compás
Miro el anhelo rechazado
Y tu ,viento mío, murmurando al oído
Aconsejando, bramando
Miro el anhelo rechazado
Y tu murmurando al oído
Aconsejando, bramando…..
El orgullo alerta
Toca mi frente
Se refleja en el espejo
Mira mis ojos negando mi deseo
Ese febril que surca los brazos
Y que empuja a mis manos
A buscarte frente al río
Acudir a tu llamado…
Ese llamado que es sólo carne
Y que golpea el sentir,
Ya el orgullo que se enlaza al viento
Está bramando me pide de rodillas
No más, no más
Las flores nacen en mi boca
Y abrazan al viento
No más, no más.

La Nana

Cierta tarde ella no regresó, a sus trece años sintió un agónico abandono.
Dentro del bolso de su padre encontró aquella dirección, comuna Pudahuel.
Decidió ir en la búsqueda de aquella madre adoptiva que lo acogía cuando estaba triste y que cocinaba ricas galletas.
Las casas se envolvieron de tristeza, un golpe en la puerta y un niño sucio con mocos en la nariz le invitó a pasar.
Sus brazos se abrieron ante la luminosidad de aquella mujer, pero ella sólo murmuró… No debes estar aquí.

Dentro mío

Tarde austera entre latidos y máscaras profanas
No vuelvo a mirar hacia atrás…
Los caminos sin sentido ya no envuelven mi pisar
La brisa se agita con las miradas copiosas de la lluvia
Que arrecia sin cesar
No quiero invadirme en la dulce agonía de la dictadura del vientre
Que intenta hablarme y recordarme que existen personas que no están
Pero que si……
Soy errante.. Atisbo del tiempo que se posa inerme en la mano oscura
De los dioses que caminan en el sol de los olimpos.

Todos los derechos reservados